La leche materna es el mejor alimento para su bebe. Lo hace
crecer adecuadamente y lo protege, además, de muchas enfermedades (afecciones respiratorias,
diarrea, infecciones en general, etc.)
La leche de la madre ofrece el mejor alimento, de mayor digestibilidad
y aprovechamiento.
Nada ha podido igualar la suma de ventajas que presenta la
leche materna. Alimentar a pecho posibilita una riquísima experiencia llena de
afectos mutuos estableciendo un vínculo solido entre madre e hijo que durará
toda la vida.
Durante los primeros días, y hasta que baje la leche se
debe colocar al pecho cada vez que su
bebe lo reclame (mamadas cortas y frecuentes).
La leche materna puede inicialmente parecer poca,
insuficiente, aguada o espesa. No es asi, la leche materna nunca será mala o
inadecuada. No abandone la lactancia materna a menos que el médico lo indique.
Normalmente la lactancia genera mucha preocupación en los
primeros días. En este lapso las glándulas mamarias segregan calostro, leche
amarillenta de buena calidad muy rica en defensas, no es escasa ni aguada como
se piensa, es ideal y es lo que el recién nacido necesita.
La bajada de la leche se producirá entre el 3° y 5° día
del nacimiento, dependiendo de la precocidad y frecuencia de la puesta al pecho
entre otros factores.
Si existiera alguna razón por la cual usted no puede
amamantar a su bebé, podemos asesorarla y ayudarla.
Si es necesaria la alimentación con biberón, podrá igual
establecerse un buen vínculo materno-filial.
Mientras se
alimentan, los recién nacidos ingieren aire. En el estómago ese aire provoca
plenitud y malestar. Hacerlo eructar favorece la expulsión del aire retenido en
el estómago y mantenerse cómodo. Si le está dando el pecho, hágalo eructar
antes de darle el segundo pecho. Recuerde que al eructar puede eliminar leche.
A medida que su bebé crece, requerirá menos necesidad de eructar.
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