martes, 21 de abril de 2015

Alimentación del Recién Nacido

La leche materna es el mejor alimento para su bebe. Lo hace crecer adecuadamente y lo protege, además, de muchas enfermedades (afecciones respiratorias, diarrea, infecciones en general, etc.)
La leche de la madre ofrece el mejor alimento, de mayor digestibilidad y aprovechamiento.
Nada ha podido igualar la suma de ventajas que presenta la leche materna. Alimentar a pecho posibilita una riquísima experiencia llena de afectos mutuos estableciendo un vínculo solido entre madre e hijo que durará toda la vida.
Durante los primeros días, y hasta que baje la leche se debe colocar al pecho cada  vez que su bebe lo reclame (mamadas cortas y frecuentes).

La leche materna puede inicialmente parecer poca, insuficiente, aguada o espesa. No es asi, la leche materna nunca será mala o inadecuada. No abandone la lactancia materna a menos que el médico lo indique.
Normalmente la lactancia genera mucha preocupación en los primeros días. En este lapso las glándulas mamarias segregan calostro, leche amarillenta de buena calidad muy rica en defensas, no es escasa ni aguada como se piensa, es ideal y es lo que el recién nacido necesita.
La bajada de la leche se producirá entre el 3° y 5° día del nacimiento, dependiendo de la precocidad y frecuencia de la puesta al pecho entre otros factores.
Si existiera alguna razón por la cual usted no puede amamantar a su bebé, podemos asesorarla y ayudarla.
Si es necesaria la alimentación con biberón, podrá igual establecerse un buen vínculo materno-filial.

Mientras se alimentan, los recién nacidos ingieren aire. En el estómago ese aire provoca plenitud y malestar. Hacerlo eructar favorece la expulsión del aire retenido en el estómago y mantenerse cómodo. Si le está dando el pecho, hágalo eructar antes de darle el segundo pecho. Recuerde que al eructar puede eliminar leche. A medida que su bebé crece, requerirá menos necesidad de eructar.

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