La bronquiolitis es una infección respiratoria que afecta a los
niños más pequeños especialmente menores de 2 años. Predomina en los meses de
otoño/invierno. Los gérmenes que habitualmente producen bronquiolitis son los
virus.
Prevención: si bien no hay vacunas, hay medidas que pueden disminuir el
contagio y prevenir la bronquiolitis:
·
Evitar el
contacto con personas resfriadas.
·
Lavarse las
manos.
·
Amamantar al
niño.
·
Evitar el
humo del cigarrillo, braseros y saumerios.
·
Recibir
todas las vacunas que indique el médico.
·
Evitar el
hacinamiento. Ventilar a diario el ambiente donde esta el niño.
¿Cuáles son los síntomas que produce la bronquiolitis?
·
Mucosidad
nasal o congestión nasal, tos y eventualmente fiebre durante los 3 días
anteriores.
·
Durante la
bronquiolitis puede aparecer respiración acelerada, hundimiento de la piel
entre las costillas, respiración ruidosa y silbido en el pecho que duran hasta
5 días.
¿Qué hacer cuando sospechamos bronquiolitis?
Debe consultar al médico. De acuerdo a la gravedad el seguimiento
del niño será en el domicilio o en la internación.
Criterios de gravedad que indican internación
·
Pausas al
respirar (apneas) con color azulado de la piel.
·
Falta de
respuesta a los tratamientos dados por el médico
¿Cuál es el tratamiento?
·
Ofrezca
abundante líquido por boca
·
Trate de
mantener la alimentación especialmente la lactancia materna. Si respira muy
rápido ofrezca alimento en pequeñas cantidades.
·
En caso de
fiebre use el antitérmico que le recomendó el médico.
·
Limpie la
mucosidad de la nariz. Mantenga al niño en posición semisentada.
·
Según la
indicación del medico podrá usar salbutamol. Recuerde que es una medicación
segura para el niño. La administración se efectúa usando aerosoles y
aerocámara. La dosis recomendada es de 2 puffs cada 4 o 6 horas según la
evolución y/o la indicación médica
·
No se
recomienda el uso de antibióticos, jarabes para la tos, descongestivos o tes
caseros.
¿Como se administra la medicación
inhalada?.
¿Cómo es el seguimiento?
Los niños tratados en domicilio deberán controlarse
diariamente durante las primeras 48 horas y luego periódicamente según la
evolución hasta el alta definitiva. Los padres o encargados del niño deben
estar alertas a la aparición de signos de alarma durante el seguimiento como
dificultad para alimentación o sueño, respiración dificultosa o fiebre y
consultar rápidamente al médico.
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